Hasta hace un par de años, se
sospechaba, y desde unos meses atrás, se confirma que la política no
administra a la economía. Todo lo contrario, lo notorio y obvio es que los
mercados y quienes los controlan manejan a los políticos
y a sus políticas como si de marionetas se tratasen. La denominada crisis mundial, como la llaman, lo digo
porque esta situación
está empobreciendo a unos muchos y enriqueciendo a unos pocos, no es nada nuevo, “a río revuelto ganancia de pescadores”.
Pescadores de los mercados que no conocemos,
que dicen no conocer nadie, que precisamente
en sociedades democráticas como las europeas el
sistema actual les permite redoblar sus ganancias alegando “el mercado es el mercado”.
Se ha consumado la GLOBALIZACIÓN
CAPITALISTA EN DETRIMENTO DEL ESTADO DE BIENESTAR.
Los ciudadanos y ciudadanas de
la desarrollada Europa, de la
Europa del bienestar,
podemos democráticamente quitar y poner gobiernos de cada
nación, aplaudimos o censuramos a nuestros políticos y
a sus partidos, (la crisis ya se ha llevado por delante a una docena de
presidentes y los que quedan) pero nada de eso podemos hacer con los pescadores de los mercados.
Curiosamente, a los que nos marcan las políticas
que nos afectan directamente a la ciudadanía: empleo, salud,
pensiones, educación, cultura,…. el sistema actual no nos
posibilita una herramienta eficaz para
corregir tales desmanes, a esos no los votamos; forman parte del capitalismo y
la globalización feroz, son unos pocos pero con un control
exagerado de la economía de mercado.
Para mi es evidente que el
sistema capitalista está acabado igual que acabó el
sistema comunista. Es necesario revisar el sistema económico,
no
tanto como se llame si no sus herramientas
de control que regulen el bienestar e interés de la mayoría
social.
AHORA MÁS QUE
NUNCA HAY QUE CREER EN EUROPA, EN SU UNIDAD POLÍTICA Y
ECONÓMICA, EN LA FINANCIERA Y
EN LA SOCIAL , sino
seguiremos por las mañanas escuchando en los medios de comunicación
hablar de la prima de riesgo, de los mercados, de la bolsa y de que tecnicismo
más económico mientras las familias siguen pasándolo
mal y destruyéndose el estado del bienestar que tanto trabajo y esfuerzo nos ha
costado a todos.
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